‘A mí me gustan los tíos que me dan ganas de ser más lista de lo que soy. Normalmente me dan ganas de ser más tonta’, afirma Milena Busquets en uno de sus libros.
Cuánta verdad hay en estas letras y en tantas otras de Milena. Qué normalizada tenemos la necesidad de ser más tontas. A las tontas les va mejor. Si fuera más tonta no sufriría tanto. Soy demasiado complicada. Nada de eso es así. Nada, pero así nos lo han contado.
Una cosa es hacerse la tonta en un momento dado y la otra es sentir la necesidad de ser más tonta. Hacerse la tonta es una habilidad de gestión emocional útil y necesaria para sobrevivir cuando quien tienes delante va de listo. Elegir no discutir con el listo de turno es de primero de ir por la vida. Escoger los conflictos en los que participar y calibrar la intensidad emocional que hay que poner ahí es un buen termómetro de regulación emocional, pero eso no es hacerse la tonta, eso es ser lista.
Hay personas que te dan ganas de ser más lista. Hay personas que te dan ganas de ser más tonta. ¿En qué momento hemos normalizado las ganas de ser más tontas?¿En qué momento empezamos a creer que las tontas son menos problemáticas, que no tienen tanto carácter (sea lo que sea eso), que se enfadan menos, que están más contentas? Las tontas no molestan. Eso es lo que nos han hecho creer.
Hay personas que te animan a ser más lista. Te animan de verdad, no como tantos que presumen de que les gustan las mujeres con carácter (les encanta la expresión) hasta que esa mujer saca eso que llaman carácter. También hay personas que tienen el ego en su sitio y no necesitan rebajarte para demostrar su valía.
Elegir no desear ser más tonta. Elegir bien de quién te rodeas. Ser consciente de lo que las personas que te rodean te hacen sentir y del lugar hacia el que te impulsan. Ser consciente de cuál es esa ventana desde la que contemplas tu vida. Darte cuenta del paisaje que ves. ¿Qué ves? Ser consciente de que ese horizonte vendrá de vuelta en forma de demanda hacia ti misma. Ojalá ser más tonta. ¿En serio?
Elegir a personas que te empujan a que aprendas cada día y que te facilitan la vida porque entienden que aquí estamos para ayudarnos a ser más listos. O personas que castran, se quejan, critican y vigilan cual viejas del visillo vidas ajenas por no saber qué hacer con la propia.
Personas que creen en ti, que confían y en esa confianza ajena encuentras la tuya. Personas que son aliento, juventud de espíritu que quiere seguir aprendiendo hasta el final. O personas que te inyectan las ganas de ser tonta porque te han generado el miedo a ser lista. Personas que te empequeñecen con la idea de que ser lista es peligroso porque serás amenaza.
Es común haber normalizado querer ser más tonta. Es común, pero no es normal. Puedes ser como Milena y que te gusten las personas que te impulsan a no perder tu norte o puedes decidir perder el norte y desperdiciarte a ti y malgastar tu vida rodeándote de seres que te arrojan al oscuro vacío de desear ser más tonta. Lo van a conseguir. No lo dudes, porque eres tú también la que lo eliges.
Contigo siempre me entran más ganas de ser más lista, gracias infinitas siempre...Pensar es molestar...Pienso, luego molesto...es así, y a quién esto no le impulse a ser más listo/a, pues habrá elegido😜😊😘😘❤